Sobre mí

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Bienvenido@s.

Primero voy a hablaros un poquito de mi formación y méritos profesionales. Me gradué en Fisioterapia en 1994 por la UCM. Como siempre me ha encantado la docencia, he sido profesora del Grado de Fisioterapia y diferentes másteres en distintas universidades de Madrid como la propia UCM, la UEM, UFV y la URJC. Con más de 25 años de experiencia profesional actualmente dirijo, junto con mi marido Jorge Chuan, también fisioterapeuta, la Escuela Oficial de Kinesiología Holística para profesionales de la salud en Madrid. Dicha disciplina la aprendimos directamente de sus creadores, afincados en Austria, Viena, donde está la sede originaria de esta metodología de trabajo y con los que trabajamos en equipo desde entonces, hace más de 12 años, difundiéndola aquí en España desde nuestra escuela.

Profesionalmente me he formado ampliamente (sería demasiado aburrido contaros mi currículum) pero, sobre todo, en el campo de la salud femenina, ginecología y la obstetricia. Compagino mi pasión por la docencia con mi pasión por la consulta y a este respecto, fue mi despertar a la maternidad quien dibujó el camino hacia el campo que me apasiona, el de la mujer y todas aquellas circunstancias vitales que la rodean y que, lamentablemente muchas, viven con malestar y dolor como son:

Con todo lo que implica personal y socialmente cada una de estas etapas vitales.

Pero, ¿qué es lo que más deseo que conozcáis de mí? Pues que soy madre de 3 hijos, una belleza de 18 años y 2 piratas de 14 y 15 años gracias a los cuales se despertó en mi el propósito de ayudar, acompañar a las mujeres en sus momentos mas bellos y el los menos bellos también, aportando mi saber y mis conocimientos.

Mi hija nació en el hospital y mis dos hijos nacieron en casa, de modo que conozco ambos procesos, con sus ventajas y desventajas en 1ª persona.

He acompañado a dos mujeres (amigas mías que así me lo solicitaron) en su parto, de modo que también tuve la oportunidad y el privilegio, sin ser matrona ni pretenderlo, de vivir el parto desde el papel de observadora discreta que acude solo si se le reclama. Aprendí tanto…

Durante muchos años, yo también he vivido desconectada de mi ciclo menstrual y mi naturaleza femenina como tantas mujeres a las que nunca nos contaron todo el poder y la sabiduría que esconde. Con el nacimiento de mi hija,  esta percepción cambió y desde entonces vivo mi naturaleza dando las gracias por todo lo que implica y sigo aprendiendo, mientras acompaño a mi hija en su proceso con su propio proceso y también junto a mis pacientes, gracias a l@s cuales, nunca dejo de crecer y evolucionar.

La curiosa historia detrás de mi apellido

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Quiero compartir con vosotr@s este relato, que narra cómo mi relación con mi apellido, URREA, ha cambiado desde hace poco tiempo…

Evidentemente toda la vida estuve encantada de ser una Urrea, apellido de origen vasco-aragonés, según siempre me había contado mi padre. Pues muy bien, un apellido como otro cualquiera. Pero resulta que hace no mucho tiempo, os hablo de unos 4 años aproximadamente, me enteré por casualidad que el significado de mi apellido en Euskera significa «ORO». Como podéis imaginar, por mi vida ha pasado gente del país vasco, amigos, alumnos de nuestra escuela, pero jamás nadie, hasta ese momento, me había dicho que mi apellido tenía ese significado y a mí tampoco se me había ocurrido preguntarlo ni buscarlo. Para mí, la explicación de mi padre era suficiente…

Fue un viejo conocido quien, de repente, me dijo un día…” bueno, Sonia, ya te habrán dicho muchas veces que tu apellido significa ORO, ¿que chulo no?” a lo que contesté, “pues no, tu eres la primera persona que me lo ha dicho, y te estoy muy agradecida por este descubrimiento…” y la verdad es que después entendí por qué esta información había tardado tanto tiempo en llegarme. Paso a explicaros por qué…

El ORO es el metal más preciado y más valorado en el mundo, no solo por su valor económico, que tod@s bien conocemos, sino porque es el único metal que nunca pierde su brillo, su impecabilidad, no se oxida, no se ensucia, no se corroe ante nada (ni el oxígeno, ni la humedad, ni los ácidos…). No es atraído por ningún otro metal, de hecho, cuando vamos a vender algo de ORO una de las pruebas que realizan para comprobar que realmente es solo una pieza de ORO, sin aleación con ningún otro metal, es acercarle un imán. Si la pieza no es atraída por él, saben que es ORO PURO.

Por otro lado, ante la presencia del oro todos los demás metales del cuerpo se equilibran y ocupan su lugar adecuado, magnesio, calcio, zinc, azufre, cobre…todos. Tiene un efecto reequilibrante sobre la mente, esto quiere decir que ejerce un efecto regulador sobre el sistema nervioso.

El ORO en nosotros equivale al valor, al amor propio, al poder personal y a la capacidad de no perder nuestra identidad, nuestra presencia ante nada ni nadie y el PLOMO, que representa su opuesto, en nosotros equivale a la deuda, al costo, la culpa, a todas aquellas cosas que nos cuestan, nos hacen sufrir, a todas aquellas cosas, personas, situaciones con las que nos sentimos en deuda (no solo económicas) o por las que nos sentimos culpables.

El ORO, el valor nos permite dos cosas, ser capaces de valorarnos y ser capaces de ser valientes.

El PLOMO, por el contrario, nos hace sentirnos pesados (se le reconoce como un metal «pesado»), cansados, en deuda, culpables.

SÍ, en nuestro cuerpo hay ORO y hay PLOMO. Lo que pasa es que lamentablemente acumulamos mucho más PLOMO que ORO a lo largo de nuestra vida. Sin embargo, cuando una persona está llena de oro, está llena de valor, se valora, tiene poder personal, reconoce su valía y la de los demás y no pierde su brillo ni su impecabilidad ante nada ni ante nadie.  Si, por el contrario, una persona está llena de plomo, siente que la vida le cuesta, le pesa, se siente culpable por muchas cosas, muchos aspectos de su vida están en costo, su economía, su pareja, su trabajo, su cuerpo…

Bien, una vez expuestas las lindezas del ORO y sabiendo todo esto, ciertamente entendí que el momento de saber el significado de mi apellido había llegado precisamente cuando yo empecé a reconocer mis valores, mis capacidades, pero por mi misma, no a través de las palabras de los demás. Llegó cuando dejé de necesitar el reconocimiento de los demás para valorarme.

En mi proceso de vida he ido poco a poco y sin saberlo reduciendo el PLOMO y aumentando mi ORO interno, de diferentes formas, un largo proceso, y ahora que ya soy consciente de él y del mensaje de mi apellido (infinitas gracias, Papá) quiero acompañaros a todas vosotras a vaciaros de PLOMO y recuperar y reconocer vuestro ORO.

Y poder decir bien alto, yo me VALORO, que significa…VA-AL-ORO ;).

 

Tu oro esta dentro de tí, solo hay que despertarlo.