Parto y puerperio
Puerperio es el término utilizado para el periodo comprendido entre el alumbramiento (expulsión de la placenta) después de la salida del bebé, hasta que el útero involuciona y vuelve a su tamaño normal, lo cual acontece en un lapso de entre 4 y 6 semanas.
Muchas mujeres viven este periodo con mucha incomodidad causada por el proceso del parto, ya que, debido a la bienintencionada intervención médica, ha podido haber un uso excesivo e innecesario de la oxitocina sintética y de la epidural que consecuentemente generó una interrupción de la secreción natural de estas hormonas (oxitocina y opiáceos endógenos) en el cuerpo de la mamá y su bebé y que, en ambos casos, tienen unas funciones muy diferentes de las que tienen las hormonas sintéticas, impidiendo así que se produzcan determinados procesos de forma natural. Más abajo os comparto información sobre ésto.
También es habitual que el personal sanitario utilice maniobras para “obligar” a descender al bebé (maniobra de Kristeller), utilización de instrumental (fórceps, espátulas, ventosas…) y posturas en el parto que limitan la libertad de movimiento de la mamá, del bebé y de las estructuras que rodean al útero (impiden los movimientos naturales de los huesos de la pelvis que se producen para que el bebé pueda ir atravesando el canal del parto) generando problemas físicos /mecánicos en el cuerpo de la mujer o que muchas veces que el parto acabe en cesárea.
Alteraciones hormonales y físicas que pueden desembocar en que a muchas mujeres les cueste recuperarse tras el parto y se deriven en las problemáticas que trato habitualmente en consulta:
- Depresión postparto, también llamada depresión puerperal.
- Sentirse desconectada del bebé.
- Dolores de cabeza tras el parto y el uso de la epidural.
- Hinchazón, dolor y pesadez de piernas tras el parto.
- Dolores en la región donde se inyectó la epidural que no cesan.
- Si se realizó episiotomía, molestias o dolor en la cicatriz. Molestias o dolor en las relaciones sexuales.
- Dolor de espalda, que habitualmente se achaca a las posturas de dar el pecho y al peso del bebe.
- Sensación de inestabilidad en la columna, con la sensación de que al estar de pie o mantener posturas la espalda no soporta el peso del cuerpo, obligando a la mujer a apoyarse en algo o cambiar constantemente el peso del cuerpo de una pierna a otra. Esto tiene que ver con el exceso de la hormona relaxina en el cuerpo, que no se ha reabsorbido adecuadamente.
- Incontinencia de esfínteres de mayor o menor grado.
- Insomnio no sólo provocado por la lactancia.
- Cansancio extremo.
- Si el parto finalmente acabo en cesárea, molestias en la cicatriz que no desaparecen y muchos de los síntomas enumerados asociados como la depresión postparto, insomnio y cansancio.
¿Te sientes identificada al leer ésto? ¿Aun recuerdas lo duro que fué este periodo?
¿Algo cambió en tí y tu estado físico o emocional a partir de ese momento y nunca ha vuelto a su estado anterior?
La oxitocina sintética tiene la única función de aumentar las contracciones de las fibras musculares del útero en el parto. Nada más. Pero además dichas contracciones se producen de un modo global, masivo y asincrónico. Nada que ver con la contracción armónica, coordinada y sinérgica que genera la oxitocina natural. Es un efecto puramente mecánico y se administra de forma constante, mantenida. Como dice Frederick Leboyer, produce unas contracciones patológicas que se han aceptado como normales y fisiológicas. Nada mas lejos de la realidad.
La oxitocina natural, segregada por nuestro cerebro (concretamente por una glándula llamada hipotálamo) con una pulsación rítmica, por un lado, provoca contracciones uterinas coordinadas y armónicas y por otro lado, aumenta la conexión de la madre con el bebé, disminuye la secreción de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol) mejora el sistema inmune, regula las pulsaciones cardiacas y la respiración de la madre y del bebé…
Como podréis observar, en este caso, nada tiene que ver el efecto de una hormona sintética con el de una hormona natural.
También es importante que sepáis que el uso de la epidural es inevitable cuando se inyecta en el cuerpo de una mujer en trabajo de parto oxitocina sintética, debido a que la contracción uterina que produce es tan fuerte, descoordinada y masiva, que es imposible sostenerla sin un medicamento que disminuya el dolor que este tipo de contracción produce en nuestro interior.
Si no se inyecta oxitocina sintética y se respeta la secreción natural de las hormonas del parto, nuestro cuerpo, aparte de segregar nuestra oxitocina natural, también invade el organismo de opiáceos, endorfinas y encefalinas, para permitir a la mamá y a su bebé entrar en un estado de relajación, confort y desconexión que les permite transitar el proceso de un modo natural y respetuoso con el ritmo que cada mamá y su bebé necesitan.
Otro dato interesante y muy bello que tal vez muchas no conozcáis es que las mismas hormonas que rodean el proceso del parto (oxitocina, endorfinas, encefalinas, dopamina…) son las mismas que rodean el acto sexual, las mismas que segrega nuestro cuerpo cuando hacemos en amor. El obstetra francés Michel Odent ha investigado y escrito muchos textos sobre esto.
¿No os da que pensar?
Imaginaros solo por un momento que para que se llevara a cabo el acto sexual con nuestras parejas necesitáramos todo un equipo médico a nuestro alrededor controlando si nos excitamos lo suficiente, ¡¡si nuestra frecuencia cardiaca es la correcta y es mas…si culminamos con un orgasmo como es debido…seguramente todas estaréis pensando…por dios!!no habría nadie que pudiera disfrutar, desconectar, desinhibirse, y mucho menos, tener orgasmos.
Por alguna razón la naturaleza ha rodeado estos procesos del mismo marco hormonal, la respuesta podría ser que la única diferencia que hay entre ellos es que uno es el inicio y el otro es la culminación del mismo proceso, lo que empezó con un acto sagrado de amor y unión entre dos personas finaliza con la obra mas bella, perfecta y sublime de la naturaleza, otra vida humana.
la lactancia también esta enmarcada del mismo coctel hormonal, ¿casualidad? No creo…
Tal vez por eso muchos partos que se inician en casa y evolucionan sin problemas se paralizan en cuanto la mujer, siguiendo la recomendación del profesional médico, acude al hospital. Tal vez sea porque es un proceso preparado para desarrollarse en la mas estricta intimidad, el mayor confort, en un ambiente seguro, cálido, conocido, como el que requerimos para hacer el amor y no en lugar desconocido, lleno de luces, de personas a las que no conocemos en su mayoría o aunque conozcamos, no hay una relación de intimidad y que nos hablan, nos pinchan, nos obligan a adoptar posturas y nos impiden movernos libremente….imagínate todo eso pero llevado al acto sexual…¿que opinas?
¿Podrías culminar el acto con tu pareja?, ¿podrías disfrutar en este ambiente?, ¿podrías desinhibirte, desnudarte, abrir tu cuerpo, tener orgasmos?
Te invito a que te regales unos minutos de reflexión sobre todo ésto.
Y de nuevo te digo…permítete/permíteme ayudarte, no te conformes.
Aquí os dejo un enlace a mi blog donde podréis ver una noticia sobre la maniobra de Kristeller
También os comparto varios libros que para mi fueron fundamentales para entender el proceso del parto (La revolución del nacimiento), la cesárea (La cesárea, ¿problema o solución?). Los recomiendo a todas las mujeres embarazadas que acuden a mi consulta y/o a las que deseen estarlo.
Testimonio de paciente
«Sonia es de las que no juzgan, da consejo cuando se lo pides pero calla sino no lo precisas, es de las que están sin estar, de las que acompañan y siempre tiene una voz de aliento y cordura entre tanto bullicio. Fue ella la que me inició en el maravilloso mundo del embarazo y la maternidad.
Y mejor que explicármelo me inició en la lectura del parto respetado.
Durante todo el embarazo me estuvo tratando y preparando para el gran acontecimiento, tanto física como mentalmente y mi bebé lo notaba. Sentía esa energía y movimientos cálidos cada vez que estaba en su consulta.
De cara a mi parto tenía clarísimo 3 cosas, quería que respetaran mi parto en un hospital con la mínima intervención posible, que el papá de mi hija estuviera a mi lado en todo momento y que me acompañara como profesional de la salud, fisioterapeuta y especialista en la mujer mi amiga Sonia Urrea. Lo que nunca podré agradecer lo suficiente es la presencia, los consejos, la paz y el apoyo que me transmitió mi bella amiga y que me ayudaron a vivir la gran experiencia de mi vida. El mayor acto de amor incondicional que una mujer puede experimentar y sin su apoyo no hubiera sido lo mismo.
Gracias amiga.»
Patricia Franco